Las plumas se trasladan al descanso con el fin de confortar y recrear un sueño placentero. Son introducidas en almohadas, colchones o nórdicos, cuyos artículos aúnan todas las características y propiedades que las plumas poseen. Es por ello la garantía del calor esencial que el invierno, por sus bajas temperaturas, invita a vestir nuestras camas con los artículos más apropiados para compensar el frío.
En los rellenos nórdicos se combinan porcentajes de plumas y plumón, entre los cuales compensan un gramaje mayor o menor dependiendo de sus calidades. A mayor porcentaje de plumón, menor gramaje y más calidez. A mayor porcentaje de plumas, mayor gramaje. Esto se debe a que las plumas disponen de una parte de cañón, en el cual el plumaje es menor. El plumón no posee este cañón, con lo que el calor se escapa en menor cantidad, por consiguiente con menos gramaje, se obtiene más calidez.