Muchas personas se quejan de que descansan mal por la noche. Tal vez incluso han invertido mucho en un colchón de gran calidad pensando que así podrán mejorar su sueño, pero aunque lo encuentran cómodo no acaban de levantarse con la energía que deberían.
Hay dos problemas claves que pueden estar detrás de un mal descanso. Uno de ellos es la ropa de cama, ya que en verano debe de ser fresca y garantizar la transpiración. Si no es así, la persona no va a dormir a gusto y se despertará por el calor y con esa desagradable sensación de humedad tan típica de la fecha. Para esto lo mejor es contar con ropa de cama de algodón 100% de calidad, transpirable y muy fresca.
Pero otro elemento igualmente importante y que con frecuencia se olvida son las almohadas. La almohada es algo muy personal y en nuestro país tenemos la mala costumbre de que en las camas de matrimonio se comparten, lo que no es correcto, ya que las dos personas de la pareja, no tienen por que tener los mismos gustos ni las mismas necesidades a la hora de dormir.
Lo ideal es que cada persona tenga su propia almohada en función de sus gustos y necesidades, escogiendo la altura, la resistencia, la forma e incluso en material en el que está realizada. Aunque hay muchas opciones en el mercado, las principales son tres: viscoelástica, látex y fibra. Hay otras opciones pero son bastante minoritarias.
Analicemos cada material por separado para ver sus pros y sus contras y así poder tomar decisiones sobre qué almohada comprar para poder descansar mejor toda la noche.
Almohadas de viscoelástica
Las almohadas viscoelásticas están realizadas en un material que se adapta al peso del cuerpo. Al apoyar la cabeza, la almohada de adapta a la forma, cediendo ligeramente. Una vez que la persona se levanta o se cambia de postura, la almohada recupera rápidamente su forma original y se adapta a la nueva postura.
Esto las convierte en las más cómodas y en las perfectas para quienes tienen problemas de cuello o de cervicales, porque les ofrecen un descanso agradable, sin ser demasiado duras pero sin hundirse en exceso como puede pasar con las tradicionales almohadas de fibras o de plumas. Resultan adecuadas también para aquellas personas que, sin tener problemas de salud, buscan una almohada con una cierta firmeza pero que no resulte dura.
Las hay de diferentes alturas y anchos para adaptarse a los gustos de cada persona. Algunas almohadas tienen diferentes características, como por ejemplo las que vienen perforadas en el interior para conseguir una mejor ventilación y resultar así mucho más frescas. Otras están realizadas con materiales ecológicos e incluso las hay que tienen aromas concretos que pueden ayudar a que la persona se relaje y concilie mejor el sueño.
Almohadas de látex
El látex es un material que se deriva del caucho y que tiene un precio elevado. Por eso, las almohadas que son de látex cien por cien tienen un precio más alto, pero son también de mucha más calidad que las que resultan más económicas y que son de mezcla de látex con materiales sintéticos. Una de las ventajas del látex es que no permite a los gérmenes vivir en su interior, por lo que resultan perfectas para los alérgicos al polvo. No obstante, hay que tener en cuenta que hay personas que pueden tener sensibilidad al látex.
Como sucede con las de viscoelástica las hay de diferentes tamaños para adaptarse a los gustos de las personas. Durante muchos años, el látex era la única alternativa para quienes tienen problemas de cervicales. Sin embargo,con la llegada del material viscoelástico, ahora es posible elegir entre los dos materiales según lo que se busque.
El látex es el material favorito por quienes prefieren una almohada muy firme, que se adapte a la forma y peso de la cabeza pero cediendo muy poco, sin esa sensación de capa de gel que ofrecen las de viscoelástica.
Almohadas de fibra
Las almohadas de fibra son la opción clásica de toda la vida. Para muchos, las más cómodas porque están acostumbrados a ellas y no se adaptan a los nuevos materiales. Hay que comprarlas adaptadas a los gustos de cada persona y también a la posición en la que se duerme ya que no es lo mismo dormir boca arriba que boca abajo o de lado.
Tienen su lado práctico porque se pueden meter en la lavadora sin problema y lavarse como cualquier otra ropa de cama. También tienen la ventaja de su bajo precio, al ser tan económicas muchas personas las escogen en primer lugar y si más adelante creen que necesitan otro tipo de almohada se deciden por los modelos de viscoelástica o de látex. En su contra, su baja resistencia y que se deforman rápidamente.
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