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Ya ha entrado el otoño y poco nos queda para que llegue el invierno, al menos eso parece por las temperaturas que cada día son un poquito más bajas. Además, cielos grises, tormentas y lluvias constantes…
Se acabó el verano y en cuestión de dormitorios se repite el mismo ritual de cada año: sacar el nórdico y prepararnos para protegernos del frío.
Desde hace algunos años muchas personas han optado por este tipo de ropa de cama como sustitutivo del tradicional edredón, o para combinarlos en los meses de mayor frío, gracias a su comodidad para ponerlo y quitarlo. No hablaremos de la actividad de cambiar la funda nórdica porque no es tan sencilla… aunque ya os daremos algunos consejos prácticos.
En cualquier caso, los edredones nórdicos pueden ser en ocasiones demasiado calurosos si tenemos calefacción central o vivimos en un clima algo más agradable durante los meses de invierno, o pueden resultar algo frescos si estamos en un clima excesivamente frío.
Claro que estas dudas tienen solución ya que podemos optar por modelos más o menos gruesos y además escoger los nórdicos con el relleno más apropiado para nuestra habitación y circunstancias.
Presta atención a las características de los dos tipos principales de rellenos nórdicos y escoge el que mejor se adapte a tus necesidades:
· Rellenos nórdicos fibra (sintéticos): normalmente son antialérgicos y están fabricados en poliéster o microfibras de este material combinadas con poliamida. Se trata de un relleno sencillo de lavar (en lavadora) y más barato. Dispones de diferentes grosores y combinaciones de los mismos según la estación en la que estemos por lo que si eres caluroso o en tu casa no hace mucho calor, este tipo de nórdico puede ser la mejor opción.
· Rellenos nórdicos de plumas (naturales): mucho más cálidos que los anteriores, al estar rellenos de plumas naturales, o artificiales en algunos casos, su aislamiento térmico es mayor y por tanto son ideales si vives en climas muy fríos o el sistema de calefacción de tu casa no es muy cálido. Son nórdicos más caros pero su calidad y durabilidad es superior al resto de modelos. Eso sí, está el pequeño problema de que no puedes lavarlos en la lavadora de casa y que requieren más cuidados y mantenimiento para que su relleno se mantenga en perfectas condiciones.
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