Sin duda alguna, una de las sensaciones más placenteras que vivimos cada día de nuestra vida es cuando cae la noche, te metes en la cama y te tapas con tu nórdico hasta la cabeza. Por no hablar del momento en el que suena el despertador y te quedas unos minutos de más remoloneando entre las sábanas y disfrutando de los últimos momentos de placer antes de poner un pie en el suelo. Te sientes como si estuvieras en el paraíso, de hecho, en Sedalinne estamos convencidos de que no debe ser una sensación muy diferente.