Truco: CÓMO CAMBIAR LA FUNDA NÓRDICA en menos de 5 minutos
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En nuestro día a día optar por un nórdico en lugar de edredones y mantas convencionales es muy cómodo¿verdad? Tan solo tenemos que estirarlo encima del colchón ¡y la cama está hecha!
No hacen falta ni sábanas ni mantas intermedias, sólo con el nórdico basta para dormir placenteramente y ahorrar tiempo en la tarea de hacer la cama cada mañana pero… ¿Qué pasa cuando llega el momento de cambiar las fundas nórdicas para meterla en la lavadora?
Aunque parezca mentira, muchas personas evitan utilizar nórdicos precisamente por la dificultad que entraña tener que cambiarles la funda. Incluso algunos hablan de considerarlo deporte olímpico por el esfuerzo físico que requiere…
Pero no es tan complicado. Sólo necesitas una buena y efectiva técnica para cambiar la funda en apenas unos minutos (decimos cinco aunque podrían ser unos pocos más ¡pero nunca llegando a veinte!)
Ya no es necesario que te metas dentro de la funda como si fuese una tienda de campaña y busques a tientas cada esquina del relleno nórdico para encajarla en su correspondiente esquina de la funda… Y cuántas veces ocurre que ¡vaya! Resulta que no era la esquina correspondiente…
Básicamente necesitas un poco de orden y un sistema efectivo. Tan sencillo (sí, sí, sencillo) como colocar el relleno nórdico doblado a la mitad y extendido sobre el colchón, poner la funda encima del revés (también doblada y estirada) y comenzar a introducirle el relleno poco a poco visualizando la conexión entre cada esquina del relleno y la correspondiente de la funda nórdica.
Después, cogiendo desde las esquinas (encajadas ya funda-relleno) damos la vuelta a la funda y estiramos con nuestras manos desde arriba para que se coloque el relleno. Giramos para coger la siguiente esquina y hacemos el mismo proceso para que el nórdico vaya amoldándose a la funda y repetimos con la combinación de estirar esquinas con la que nos queda pendiente.
Dependerá también del tamaño del nórdico, es decir, los que sean para camas de matrimonio serán algo más trabajosos al no coincidir el ancho con el de nuestros brazos estirados, pero todo es echarle maña y seguir este útil consejo.
¡Cambiar la funda del nórdico ya no será un problema!
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